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22 Pues el Señor nos gobierna y da leyes,
el Señor es nuestro rey victorioso.
23 Tus cuerdas están tan flojas
que ya no aguantan el mástil,
ya no están tensas las velas.
Entonces se repartirá cuantioso botín,
hasta los cojos se lanzarán al saqueo.
24 Ningún habitante dirá que está enfermo
pues habrán sido perdonados
los residentes en Jerusalén.

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